En la que de alguna manera me he convertido en una madre de deportistas
La forma en que me transformé en una mamá de deportistas
Yo era un niño estudioso, a quien le encantaba hornear, el ballet y la versión de 1968 de Romeo y Julieta. Por lo tanto, no sorprende a nadie más que a mí mismo que realmente me encanta ser una madre deportiva…
Toby y Anton han jugado en ligas de baloncesto, béisbol, fútbol y fútbol americano, y tenemos canastas de Nerf repartidas por nuestra casa. Los comentaristas deportivos son la banda sonora de nuestras vidas, y me he encontrado siguiendo a casi todos los jugadores de los Warriors y a sus esposas en Instagram.
Antes de esto, realmente no conocía las reglas de varios deportes, y es como hablar un idioma extranjero, si no lo hablas, es muy aburrido. Pero si lo hablas, puede ser fascinante. (Lo mismo ocurre con el ballet, para ser justos). Por ejemplo, el otro día, Anton interceptó un pase y corrió por el campo para hacer un touchdown para su equipo. Estaba gritando y celebrando y no podía dejar de sonreír.
¡Y aún así! Este cómic, arriba, muestra mi vibra la mayoría del tiempo. Un día me encantaría escribir una carta abierta a algunos de los entrenadores y padres que he visto volverse muy intensos. Se meten con los niños pequeños, y parece que la masculinidad tóxica se ha descontrolado. ¡El juego es un sábado soleado! Tomemos el juego en serio, pero tal vez no sudemos y nos pongamos rojos de la cara. (Jenny me dijo que debería comprarme esta camiseta, jaja).
En cuanto a apoyar a los niños, Jenny, cuyas hijas son ambas atletas universitarias, tenía buenos consejos: “Muchos niños dicen que la peor parte de los deportes es el viaje de regreso a casa, cuando sus bienintencionados padres opinan con críticas, como ‘Ese niño corre tan rápido, podrías haber hecho XYZ’. Así que trato de no hacer ningún comentario después del juego, excepto ‘Jugaste muy bien’ y ‘Me encantó verte jugar’. Eso es literalmente todo lo que deberías decir. Trata de mantener el mensaje constante de que estás orgulloso de ellos pase lo que pase: perdieron, pero jugaron con todo su corazón, perdieron, pero estás orgulloso de que saldrán de nuevo al día siguiente…”
¡Sí! Recuerdo haber escrito una publicación hace 10 años (!) sobre una cita similar de la autora de crianza Rachel Stafford: “Se les preguntó a los atletas universitarios qué les decían sus padres que les hacía sentir genial, que amplificaba su alegría durante y después de un partido. Su respuesta abrumadora fue: ‘Me encanta verte jugar'”.
¿Tus hijos practican deportes? ¿O están interesados en otras actividades, como la actuación, el arte o la música? ¿O simplemente les encanta jugar por ahí? (A mi también me encanta trastear).
P.D. Cinco divertidas clases de ejercicio, y seis palabras para decirle a tu hijo/a.