Por qué debes practicar decir sí al movimiento y cómo hacerlo
Por qué es importante unirse al movimiento del 'sí' y cómo hacerlo
Javier Díezdirectrices de comercio.
Hoy en día se habla mucho de las Zonas Azules, y con razón: aspirar a vivir hasta los 100 años es una excelente manera de inspirar prácticas de longevidad saludable. Pero con tantos comentarios también surgen muchas ideas equivocadas, una de las cuales es que debes realizar ejercicio de alta intensidad todos los días.
Sorprendentemente, muchas de las personas que viven en estas Zonas Azules son más activas en términos de ritmo de movimiento, no necesariamente en intensidad. Comprometerse a tomar más descansos para moverse no siempre es fácil, por lo que considera este paso como un excelente punto de partida.
Cómo practicar decir sí al movimiento
En un episodio reciente del podcast Escuela de Belleza Natural, la experta en nutrición y bienestar Mona Vand, FarmD, recomienda decir sí al movimiento. Incluso cuando la oportunidad parezca pequeña, puede marcar una gran diferencia en tu rutina diaria.
Por ejemplo: “Digamos que estoy al otro lado de la casa. En lugar de pedirle a mi pareja que me traiga algo, decido caminar hasta allá”, dice ella.
“Es una elección para activar un poco el flujo sanguíneo”, agrega, sin necesidad de dedicar demasiado tiempo a la actividad en cuestión.
Vand también encuentra que este simple cambio de mentalidad es muy motivador. Es una especie de anulación mental: si te comprometes ahora a decir sí al movimiento (cuando tenga sentido, por supuesto), es más probable que formes un hábito repetitivo.
Es cierto, puede que no marque una gran diferencia en tu rutina general. Pero por otro lado, nunca sabes cuánto puede impactar en cómo te sientes un rápido paseo hasta la puerta o hasta el buzón.
Especialmente para aquellos que trabajan en un escritorio la mayor parte del día, levantarse y estirar el cuerpo tiene beneficios que van más allá de estimular el flujo sanguíneo: puede ayudarte a recuperar la concentración y aliviar el estrés.
Incluso solo recordarte los beneficios físicos y mentales del movimiento puede motivarte a cumplir con el descanso activo. “Cuando tienes esa intención, ves estos hábitos de manera diferente”, explica Vand.
Aquí tienes algunas otras pausas para el movimiento que puedes considerar:
- Vuelve a llenar tu botella de agua (incluso si no está vacía todavía)
- Lleva tu taza de café al fregadero cuando termines en lugar de dejarla en el escritorio
- Lleva la ropa sucia al cuarto de lavado en lugar de tirarla en un cesto
- Entra a la habitación para hablar con alguien en lugar de gritar
- Aparca a una cuadra de tu destino
- Camina hasta la cocina para tomar tus suplementos
- Trabaja en una mesa alta o en un escritorio de pie durante unos minutos
¿Todavía no crees en el poder de estas simples pausas para el movimiento? Permíteme ilustrártelo: imagina que estás a punto de partir en un viaje en coche de ocho horas, y tienes la opción de tomar una breve pausa en la mitad para estirar las piernas… ¿La tomarías?
Apostaría a que tu respuesta es probablemente sí. Si bien trabajar en un escritorio durante ocho horas y conducir en un coche no son exactamente la misma situación, el significado de incluso una breve pausa para moverte brilla con fuerza.
Entonces, si estás buscando una manera de incluir más movimiento en una agenda ocupada, considera decir sí cuando se presente la oportunidad. Tal vez te encuentres moviéndote más, al igual que los centenarios de las Zonas Azules.
La conclusión
Si deseas fomentar el flujo sanguíneo y aliviar el estrés a lo largo del día, considera decir sí al movimiento cuando se presente. Incluso un breve paseo para tomar un vaso de agua o estirarse antes de una reunión puede hacerte sentir mejor en ese momento y contribuir a hábitos más positivos con el tiempo. Para obtener más consejos sobre cómo mantener hábitos saludables, sintoniza el episodio completo de Vand a continuación: